Aunque el cuerpo se rompa, hay que seguir jugando…

En la era moderna los jugadores se tienen que acostumbrar a disputar partidos casi siempre. Por ejemplo, los seleccionados mexicanos llegarán a la Confederaciones o la Copa Oro con más de 40 partidos. No hay tregua.

Ana Cruz Manjarrez
6 min readMay 30, 2017

Un año natural tiene 52 semanas y todavía faltan de completarse tres meses para que se cumpla ese ciclo futbolístico que existe entre agosto del 2016 y agosto 2017 y Javier Hernández ya ha jugado 47 partidos.

No hay descanso. El deporte se ha convertido en un producto que se requiere siempre. Aficionados, marcas, la televisión, todos se han acostumbrado que un día sin futbol ya no es normal. Que si la FA Cup, que si la Bundesliga, que si la Liga MX, que si la Copa MX, que si la Supercopa de Italia, que si la final de esto o el otro… Y esto no se juega sólo, lo hacen los futbolistas que los calendarios los llevan hasta el extremo y en ocasiones todo eso los rompe (en la mente y en el físico).

En promedio un jugador que este verano vestirá la camiseta de la Selección Nacional en la Copa Confederaciones o la Copa Oro ya tendrá detrás entre 39 y 47 partidos. No es poca cosa.

Por ejemplo, Javier Hernández puede hacerles competencia a quienes presumen ser los que más juegan. El mexicano del Bayer Leverkusen se convirtió este fin de semana en el máximo goleador de la Selección y su cuenta de partidos en la temporada va en aumento mientras se acerca el inicio de la Copa Confederaciones en un grupo complicado con el anfitrión, Nueva Zelanda y Portugal.

Hasta ahora ha participado en 47 encuentros entre Bundesliga, Copa, Champions League, además de los compromisos de eliminatoria en los que ha tenido que viajar a México, Norteamérica y Centroamérica. Durante la participación del Leverkusen en Champions, Javier voló a Moscú, Mónaco, Londres y España.

Chicharito fue parte de aquella experiencia en la Copa América del año pasado, cuando ocurrió la histórica goleada chilena frente a más de 70 mil espectadores en Santa Clara, California, ahí jugó cuatro partidos. Ahora, la oportunidad de reivindicarse está en Rusia, pero el calendario es exigente.

Tras los amistosos de esta semana, México disputará dos encuentros de eliminatoria en el Estadio Azteca, la adaptación a la altura es un factor en contra para los futbolistas que juegan en Europa y Osorio reconoce la dificultad de tenerlos en buenas condiciones físicas:

“Queremos dar a los jugadores, especialmente los que vienen de Europa, al menos dos o tres días de descanso, quizás cuatro (antes de las eliminatorias). Así que es bastante complicado tratar de combinar eso, más la preparación en al altura para jugar en México”.

Algunos, incluso con lesiones que los tuvieron de baja algunas semanas, han disputado una buena cantidad de partidos. Ese es el caso de Hirving Lozano, todavía jugador de Pachuca, quien en el año futbolístico acumuló casi 40 partidos o el goleador Oribe Peralta suma en el año ya 43 partidos. Nunca hay descanso.

Entre el 1 de junio y el 16 de julio el producto Selección Nacional tiene programados 10 partidos, y si es que avanza a las siguientes fases pueden llegar hasta los 15.

Al “Rey Arturo” no le importa el desgaste físico ni los kilómetros de vuelo que sumará este verano con tal de vivir la experiencia por primera vez. Chile jugará la Copa Confederaciones: “todo el mundo quiere estar y por supuesto que yo también”, dijo Vidal. El chileno suma 57 partidos en los últimos 12 meses. Jugar en un equipo europeo como el Bayern Munich, popular alrededor del mundo y siempre aspirante a los títulos, ha implicado además de partidos de la Bundesliga, Copa Alemana y Champions League, tres partidos amistosos en Estados Unidos y uno más en Doha, Qatar. De un avión a otro para cubrir los compromisos, desde Munich y hasta Santiago por vestir la camiseta de su selección en siete partidos de eliminatoria.

El título de Copa América en 2015 les dio un sitio para disputar la competencia previa al Mundial en Rusia, y fue parte fundamental de ese triunfo que tardó 99 años en llegar. Chile ganó también el torneo conmemorativo del Centenario un año después, Vidal voló a Estados Unidos y entre las sedes correspondientes para jugar cinco partidos. Igual que ahora, llegó como campeón de la liga alemana.

Si el desempeño de Chile en Confederaciones es tan exitoso como esperan, jugarían la final el 2 de julio y Arturo se perdería el inicio de la preparación de la siguiente temporada con el Bayern Munich.

Hace siete días jugó su último partido y está listo para integrarse al trabajo de selección; reconoce que los viajes cansan, pero quiere estar.

“Sé cómo puedo recuperarme y lo haré después de la Copa Confederaciones. Tengo mucho tiempo para relajarme cuando deje de jugar”.

De octubre a febrero, Vidal solo estuvo fuera por lesiones o dolencias en cuatro partidos, una prueba de su resistencia. Nadie llegará con más partidos y kilómetros encima que el “Rey”.

Se acabaron las dudas, Cristiano Ronaldo fue convocado por Fernando Santos para jugar la Copa Confederaciones. Desde la conquista de la Undécima del Real Madrid en Milan -edición de la que fue el máximo anotador-, el portugués ha disputado 57 partidos entre club y selección. La misma cantidad que Vidal -este fin de semana seguramente sumará la final en Cardiff-. Sin embargo, sus traslados solo implicaron viajes dentro de Europa y el más largo fue a Japón para disputar el Mundial de Clubes del que fueron campeones.

A diferencia del chileno, Cristiano se ausentó de la International Champions Cup que su equipo disputó como parte de su preparación el verano pasado en Estados Unidos. El portugués terminó la Euro con la copa y una lesión en la rodilla que lo obligó a alejarse de las canchas durante dos meses; jugó su primer partido de liga en septiembre una vez que se recuperó totalmente. A lo largo de la temporada se ausentó en cuatro ocasiones debido a problemas musculares principalmente.

Zidane ha buscado dosificar la participación de su mejor jugador, le preocupa su estado físico a los 32 años. El trabajo de convencimiento debió ser complicado al tratarse de un atleta tan competitivo como Cristiano, la molestia fue evidente en varias ocasiones cuando el francés lo eligió para abandonar el campo, pero su objetivo era hacerlo rendir durante toda la temporada como ha ocurrido.

El club teme perderlo y le advirtió sobre el riesgo de disputar la próxima Copa Confederaciones porque después de jugar la final de la Champions League solo tendrá algunos días de descanso antes de incorporarse a los entrenamientos con Portugal; pero ese título falta en su palmarés y la posibilidad de sumarlo es ahora o nunca, difícilmente volverá a estar en ella. CR7 está dispuesto a pagarlo, igual que Vidal.

Ryan Thomas es neozelandés, tiene apenas 22 años, juega para el PEC Zwolle de la Eredivisie y debutó en la selección hace cuatro años; su desempeño como carrilero por su capacidad de regate y velocidad le ha dado un sitio en la selección titular. La cantidad de partidos disputados durante la temporada 16/17 es menor: 37; pero el desgaste físico por los traslados es importante: la distancia que recorre entre Ámsterdam y Auckland en cada cita con su equipo es de 18,105 kilómetros. El tiempo de vuelo es de un día y una hora, el vuelo no es directo, así que le toma dos días completos asistir y volver a casa.

El costo es alto, pero el sueño de Ryan también lo es: “Lógicamente, sueñas desde niño con llegar a las grandes competiciones. Ves a futbolistas de la talla de Ronaldo en la Liga de Campeones y en los Mundiales, y esperas emularlos algún día. Ahora tenemos la oportunidad de hacerlo, y debemos asegurarnos de aprovecharla al máximo y de jugar bien”.

¿Demostración de alta competencia o amor por la camiseta de su país? Contra todo, los futbolistas resisten con tal de jugar contra los mejores en el próximo escenario mundialista. Lo que sea por la Confederaciones.

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Ana Cruz Manjarrez

Comunicóloga. Reportera. Antes en: juanfutbol, VICE en Español, Cámara Húngara, Goal en Español, Referee. Contacto: an.cmanjarrezt@gmail.com, Tw: @_anniemals