Piojo Herrera, el americanismo personificado

¿Por qué Miguel Herrera es el DT adecuado para el América?, ¿qué tiene que en el club, los fans lo adoran?…

Ana Cruz Manjarrez
5 min readSep 18, 2017

Al americanista lo acusan de exagerar su condición en el futbol mexicano. La fidelidad a sus colores se presume como privilegio de unos cuantos, capaces de soportar las burlas “naturales”, dicen, por su grandeza. El “ódiame más” fue diseñado a su medida, para vestirse con cualquier resultado. A ojos de sus rivales, la arrogancia los caracteriza. A Miguel Herrera lo acusan de los mismos “males”. Encaja porque ha llevado el sello al banquillo. Lo odian o lo aman.

Gustavo Matosas llegó con la estelaridad del técnico responsable de resucitar a León. Atraía la atención cuando pisaba la cancha, miraba a la tribuna con el filtro de sus gafas oscuras y hasta se atrevió a retar la gama discreta en los trajes sastres de los directores técnicos vistiendo un blazer cuadriculado en color azul celeste. Al margen de los resultados, el vínculo con los aficionados fue un fracaso.

Miguel Herrera es el antihéroe de los recatados y discretos. Es bajito, pero camina con autoridad cuando cruza la cancha, manotea y grita desesperado cuando sus jugadores fallan, se queja enérgicamente de las decisiones arbitrales y los apunta con el dedo si se equivocan. En la celebración de gol deja el peinado y el glamour de los trajes costosos que viste.

El “Piojo” aprieta los puños, muestra la sonrisa y grita a escasos centímetros del técnico rival para celebrar un gol. “A la gente nos gusta sentir que el técnico es como uno, parte del pueblo, aunque sabemos que su vida no tiene nada que ver con la nuestra”, cuenta un aficionado a quien Cámara Húngara cuestiona sobre la importancia de tenerlo al frente. “El Piojo es de los que saben imponer respeto en el vestidor. No le tiembla la mano”.

Toda una vida en el futbol mexicano le ha servido para medir y perfeccionar el discurso. Herrera usa el repertorio de respuestas de grabadora, pero sabe también cómo crear un titular que sume puntos a su popularidad.

“Si la empresa dueña de este equipo es la de mayor importancia en México para generar espectáculo, por supuesto que su equipo tiene que generar espectáculo”.

Buena parte de la afición americanista celebró su regreso, luego de una ausencia marcada por el arrebato violento que lo sacó de la Selección Mexicana y la ineficacia en Xolos. Lo habían extrañado y en los momentos difíciles, su nombre encabezó la lista.

Quienes lo vieron jugar con los Toros Neza, ese equipo excéntrico y arrojado, de máscaras y cabello decolorado que fue subcampeón el Verano del 97 con Enrique Meza como líder, dicen que hay mucho de esa forma propositiva de plantarse en su estilo como director técnico. Él dice que le aprendió el manejo de grupo, una de las características que hoy le aplauden.

En 1997, durante un partido que se suponía amistoso entre Toros Neza y Jamaica, las patadas y los golpes a puño limpio se robaron el tiempo de juego. Miguel Herrera aparece en los videos empuñando un palo, las imágenes desgastadas por el tiempo impiden saber con precisión cómo participó en una de las peleas más recordadas de este futbol, pero no fue esa la primera ni la última vez que se vio involucrado en hechos violentos contra jugadores y hasta un aficionado.

Esa conducta temperamental le ha costado sanciones y el puesto en su papel de técnico, sin embargo, es bien valorada por algunos seguidores que quieren en el banquillo a un hombre que imponga condiciones en un equipo que cargará siempre con la presión mediática y la obligación del título.

Lo extrañaban porque el estilo de La Volpe no satisfacía el hambre de espectáculo y la asistencia al Estadio Azteca disminuyó, pero Herrera tampoco tuvo total confianza a su llegada. En el primer partido, ante Querétaro, América registró un porcentaje de ocupación del 28.67%, el segundo más bajo de la jornada en cuestión de capacidad y bastante corto al tratarse de uno de los equipos más populares del país. Ha sido complicado cautivar a la afición y hacer que el viaje hasta Tlalpan a las 9 de la noche valga la pena.

Previo al clásico capitalino, Gerardo Alcoba, jugador de Pumas, aseguró que sus seguidores siempre llenan el Azteca. Miguel Herrera respondió y fue también un guiño a los suyos:

“Es obvio que el equipo que más afición tiene es el América, entonces también es un poco ilógico pensar que el equipo de enfrente meta más gente a tu casa”.

Sin embargo, el porcentaje de ocupación en la victoria azulcrema se quedó lejos de lo esperado para una rivalidad creciente y atractiva: 59.55%.

“El árbitro tenía puesta la camiseta del América y eso es la causa de la derrota”, ¿quién lo dijo? Miguel Herrera, cuando era técnico de Estudiantes Tecos en 2010. Esa fue una de tantas declaraciones con las que acusó al cuerpo arbitral de favorecer a las Águilas. A su llegada al América, el “Piojo” se deshizo de ese discurso y se puso la camiseta: “Qué bueno que nos sigan ayudando, el equipo va a jugar bien y si nos ayudan, qué bueno, que siga la cosa igual, ¿cuál es el problema?”, dijo en 2012, después de un partido que hubieran perdido de no ser por un penal inexistente.

América es segundo en el Apertura 2017, el futbol todavía provoca dudas entre sus aficionados, pero el recuerdo de esa final histórica que ganaron ante Cruz Azul sostiene la confianza en un hombre con experiencia en las fases finales. El “Piojo” no esconde la pasión que le provoca su trabajo y eso le ha sumado defensores. Chivas los alcanzó en títulos y él asumió su misión de inmediato: “Cuando llegué, ellos estaban arriba de nosotros, ahora el compromiso es otra vez darles la vuelta”. A ellos se enfrenta el fin de semana.

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Ana Cruz Manjarrez

Comunicóloga. Reportera. Antes en: juanfutbol, VICE en Español, Cámara Húngara, Goal en Español, Referee. Contacto: an.cmanjarrezt@gmail.com, Tw: @_anniemals